12/1/09

*~ Miedo por Nada ~*

Carlota se despertó de un sobresalto, aterrada por lo que sus sueños le habían revelado.
Se sentía desdichada y la plena tristeza le ahondaba.
Estaba sola, abandonada, pues en sueños su ilusión se había esfumado.
Respiró con fuerza, tomo aire hasta que penetró en su alma para tranquilizarla.
Era de día. En su cama aún permanecía el calor de los cuerpos abrazados.
Y allí estaba él, acurrucado, respirando hondamente con su carita de un niño atolondrado.
Que locura… pensó.
La soledad se había apoderado de ella en el amanecer de los sueños y no conseguía desprenderse de ella. Estaba vacía de todo y sin ganas de nada.
Los recuerdos de la perdida pasada le hicieron volver sentir ese golpe que supone deshacerse de las cosas bonitas y olvidarlas para siempre… para que no duela más de la cuenta.
Siempre duele, incluso en sueños, duele.
Volvió a cerrar los ojos, se hizo un ovillo y trato de dormir.
El calor de un abrazo la reconfortó. La seguridad que el tacto de su piel le proporcionaba hizo que sus inquietudes se disiparan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero hablamos de la misma Carlota que tu y yo conocemos? Lo dudo...