Nota:

Siento una quemazón en la lengua cada vez que hablo contigo. Unas palabras achuchan a otras para salir despavoridas y gritarte de una vez todo lo que siento pero el silencio aplaca esta inquietud que me abruma día sí y día tambien.

Ella ha dejado de ser la que era y se ha convertido en una arpía misteriosa que ataca los sueños de los demás y los desmantela en todo momento ¿Por qué? Porque se siente infeliz, porque no es capaz de recuperar lo que ha perdido y tampoco se ven con fuerzas de luchar por ello.
Vaga solitaria tarde tras tarde por los pasillos de su gran palacio vacío, recordando las risas que en otros tiempos resonaban en cada rincón al escuchar tu voz.

Siento que me ahogo en el vaso de agua que cada noche pongo en mi mesita de noche.
No existe la libertad de expresión para mí.
Me hundo y no hay vuelta atrás...
...por ahora todo sigue igual.