Mi vida en Pamplona

Hace algo más de un mes que me trasladé a estas tierras húmedas de bosques frondosos y grandes extensiones de tierra verde, verdísima.
Aún siendo el norte y contradiciendo el tópico de esa forma de ser fría y distante de los de aquí, me he hallado bien acogida, he conocido a personas cálidas y afectuosas, gente que no te señala por tu acento sino que se alegra de tenerte entre ellos.
Desde la ventana de casa veo los más bonitos atardeceres con sol y nubes que jamás he visto, he compartido pintxos exquisitos acompañados de risas y buena compañía, he paseado en bici por el centro de la ciudad y por los senderos llenos de robles y hayas... pronto podré ir a recoger castañas como cuando iba a la Alpujarra con mis abuelos.
Los días son mas grises y el invierno mucho más largo pero nada como quedarse en casa bajo la manta disfrutando de una pelicula o de un libro entretenido y cuando sale el sol... se aprovecha muchiiisimo!

...aunque no puedo negar que echo de menos el centro de mi Granada, pasear calle arriba y calle abajo, los estudiantes que se agolpan en las calles, los cafés de media tarde con mis amigas, las tapitas con mi familia en los bares de mi barrio, la compañía de mis papicos que tanto echo en falta, las riñas de mi abuelica y su cara de felicidad cada vez que le llevo piononos, son tantas las cosas que recuerdo y que anhelo cuando me pongo a pensarlas! Y la Sierra, la visión de la sierra coronando las vistas de mi tierra, que grande y que bonita, a ver si se llena de nieve pronto!

Es duro esto de tener que elegir decisiones tan importantes en la vida de uno pero soy feliz aunque lo sería mucho más si pudiera tenerlo todo en un lugar intermedio, eso seria lo ideal, ¿verdad que sí?

Besos y mas besos